El lugar que sólo Él merece

“El lugar que sólo  Él merece”

        …Ama al señor tu Dios con todo tu corazón, con todo tu ser y con toda tu mente… 

                                                                                                              Mateo 22: 37 (NVI)

¿Qué lugar le estoy dando a Jesús en mi vida?

Antes de que terminaras de leer esta pregunta, quizás tu respuesta inmediata fue: “El Primer lugar” Cuanta profundidad hay en esta respuesta, por lo menos para mí la hay. Hoy día el ser humano se mueve por pasiones, emociones, y en algunos casos especiales por la Fe, dar respuestas inmediatas a preguntas que aparentemente son sencillas se ha convertido en un “Hobby” para nosotros, Pero bueno, realmente este no es el punto en el cual quiero enfocarme en este momento. 

¿Cuál es el lugar que le estoy dando a Jesús en mi vida? Te invito a que antes de darte una respuesta nuevamente, cierres por un momento tus ojos, reflexiones y pienses bien lo que vas a decir. 

La biblia en uno de sus libros nos cuenta la historia de dos hermanas; Marta y María, y es una historia que realmente esta abierta a varias interpretaciones sea cual sea el método que quieras aplicarle, el punto es que esta historia comienza con un título bastante atractivo “Jesús Visita a Marta y a María” (Lucas 10:38-42). El mismo señor Jesús, visitando a dos hermanas al mismo tiempo, pero ellas con actitudes completamente diferentes; Por un lado, Marta, quien lo recibe esta enfocada en terminar el quehacer del hogar y reprochaba el hecho de que su hermana María no le estuviera ayudando, y por otro lado una María sentada a los pies de Jesús, muy atenta a lo que Él decía.  Y bueno, te preguntaras que tiene que ver esta historia con la pregunta que te hice al principio y es muy sencillo, en algunos momentos de nuestras vidas, nos hemos visto como Marta; cansados, quejándonos de las situaciones que enfrentamos diariamente, con nuestros ojos puestos en la tormenta, en el problema, en la enfermedad, en las personas y una infinidad de cosas más. Es completamente normal que esto suceda, somos seres humanos y por ende siempre tendemos a preocuparnos y a desenfocarnos en ciertos momentos de nuestras vidas. (Y No, no te estoy juzgando porque a todos nos pasa) Todos en algún momento hemos dejado de lado ese primer amor, el amor de Jesús, hemos perdido el enfoque y hemos puesto personas, situaciones y demás por encima de Él. Entonces nuevamente yo quiero que te preguntes a ti mismo ¿Qué lugar le estoy dando a Jesús en mi vida? ¿Qué lugar le doy a El cuándo las cosas no marchan bien para mí? ¿Realmente ese primer lugar en mi vida lo está ocupando El? Hay muchas cosas que para ti y para mi suelen ser importantes; trabajo, universidad, colegio, planes y proyectos a futuro, familia, amigos, pareja entre otras cosas más, son importantes para nosotros, y no está mal darle cierto grado de importancia a ello, lo que si esta mal es que tu mundo gire en torno a esas cosas que consideras importantes y que el centro de tu vida no sea Jesús. Que una relación incluso sea mas importante que tu padre; que tomar el celular por las mañanas para enviarle un mensaje de buenos días a la persona que te gusta sea mas importante que levantarte y decirle a EL: papa, buenos días; que Salir a jugar con tus amigos sea más importante que sentarte un rato o ponerte de rodillas y hablar con Él; que el amor de una persona, la aceptación de tu familia, de tus amigos o de tus compañeros de trabajo sea más importante para ti que Él.  ¿Cuántas traiciones hacen falta para que te des cuenta de que ese lugar especial solo lo merece Él? ¿Cuántas puertas mas tienen que cerrarse para que pongas nuevamente tu mirada en Jesús? 

¿Ocupa Jesús el primer lugar en mi vida?  ¿A la visita y presencia del señor en mi vida reacciono como Marta o como María? Te animo a que en este momento medites en cada una de estas preguntas, y si tienes que correr a tu cuarto o a algún lugar de casa, ponerte de rodillas y decirle: Papito perdóname, hazlo sin miedo. porque como en alguna ocasión escribía, Jesús esta 24/7 para ti, Jesús no tiene al ángel Gabriel o a cualquier otro servidor, detrás de una oficina agendando citas y cuadrando su agenda para poder atenderte o darte un espacio; Él está disponible todo el tiempo para ti, anhelando hablar contigo, reír contigo, llorar contigo, pasar tiempo de calidad contigo.   ¿Vale la pena darles ese primer lugar a otras cosas antes que a Él? Recuerda que fue Él quien pago el precio por ti, Es quien te ama a pesar de lo que eres o fuiste, es Él quien te hace libre, es Él quien abre caminos en el desierto; No son las personas, no son tus talentos, no son tus dones, no es tu habilidad para resolver las situaciones en el trabajo, no es tu inteligencia, no es tu habilidad para hablar, cantar, tocar o escribir, ¡NO ERES TÚ! ¡NO SON LOS DEMÁS! Es Él.   Las personas fallan, mienten, hacen promesas que nunca cumplirán, te abandonan en tus peores momentos, pero Jesús, ¡por Dios, Ese hombre sigue ahí! A pesar de que en ocasiones aun sirviendo en un lugar, o haciendo determinado trabajo, somos como aquel hijo prodigo que dijo: Dame lo que me corresponde, yo me voy. No necesito más tus consejos, creo que puedo hacerlo yo solo. ¿Vale la pena darle el último lugar a Jesús en tu vida? Te reto a que a partir de hoy pruebes dándole ese lugar que solo Él merece; Que se convierta para ti en un deleite pasar tiempo con papa y no cualquier tiempo, sino un tiempo de calidad; que disfrutes hablar de cualquier tema con Él, sabiendo que cuando ríes, Él está ahí y cuando lloras, sigue estando ahí. Invítalo a tomar un Café contigo, a sentarse a la mesa contigo, a comprar ropa contigo, incluso a ir por el mercado. Involucra a Jesús en cada cosa que hagas, y que por encima de cualquier consejo o sugerencia de los demás, este la opinión de PAPÁ. 

“Busquen el reino de Dios por encima de todo lo demás y lleven una vida justa, y Él les dará todo lo que necesiten”

                                                                                                                           Mateo 6: 33(NTV)

ANGIE KAROLINA PEÑA MIRANDA.