Semana 2

Si leíste mi anterior  escrito, quizás te hayas sentido identificado o un poco confundido con lo que allí se plasmaba. Sé que por tu mente han pasado ese tipo de pensamientos que te agobian, te confunden; el hecho de reprocharte la existencia de Dios, el hecho de sentirte solo en algunas ocasiones de tu vida, y quizás hayas llegado a cuestionarte el ¿Quién soy yo para hablarle a Dios de esa forma? O ¿Quién soy para pensar de mi Creador de esa forma tan cruel? Pero déjame decirte que es completamente normal que pienses así cuando no conoces a Dios y sólo conoces de Él , es normal que confundas su imagen cuando ni si quiera te has tomado el tiempo de platicar con Él , de preguntarle, quién es realmente, qué es lo que hace; y no, no te estoy reprochando porque a todos nos pasa; cuando no conoces a alguien y no te das la oportunidad de acercarte a Él y conversar con Él hacerte amiga de Él vas a confundir su imagen diariamente, vas a crear un  concepto basado simplemente en las experiencias de los demás, en los libros que alguien alguna vez escribió, en lo que personas te han dicho; y no está mal, lo que si está mal es que creas que sólo tienes que dedicarte a conocer de Él, a lo que líderes, sacerdotes, pastores cristianos te enseñen y no darte la oportunidad de entablar una relación personal con Él , y conocerlo a Él .  Es difícil, lo sé, difícil confiar y creer en alguien que ni si quiera puedes ver, que ni si quiera puedes tocar, que por muchos años te han enseñado que es un “viejito amargado” sentado en su trono mirando a la tierra para ver a quién voy a condenar ahora, o peor aún, que disfruta cuando yo estoy mal. Dichoso el pueblo de Israel que escuchaba la voz de Dios a pesar  que la relación entre Dios y el hombre se había roto cuando Adán y Eva pecaron contra  Él; dichosos aquellos 12 y todos los que tuvieron la oportunidad de convivir con Jesús, de verlo, de tocarlo, o en el mejor de los casos, el discípulo amado recostarse a su pecho ¡Qué dicha la de esos locos! Convivir con el maestro e incluso que Él mismo les enseñara, así físicamente sin intermediarios. 
Jesús en una ocasión dijo: "Bienaventurados los que no vieron y creyeron", y es un reto para la generación de hoy día creer en Dios y no tener dudas de Él , es un reto porque no lo vemos, no podemos tocarlo, no podemos abrazarlo y escuchar su voz audible  como nos gustaría y peor aún, tenemos una imagen y un concepto de Él, errado. 
-Señor, ¿Dónde estás que no te siento? ¿Dónde estás que no te veo? ¿Quién eres? 
Sé que como yo muchas veces le has preguntado eso a Él, pero te tengo una buena noticia, el Señor quiere que tú conozcas quién es Él , Él quiere que seas tú mismo quien descubras lo que Él es realmente y por fortuna hoy día tenemos la ventaja de tener acceso a la Palabra de Dios, de leerla en cualquier momento, de escudriñarla, tenemos el privilegio de poder ir a Él confiadamente y decirle: 
-"Papito mío, aquí estoy".
Sin intermediarios, sin nadie que esté ahí diciendo, "Hola Dios, aquí te traigo a éste que quiere hablar contigo". ¡NO! Sólo Jesús, aquel que es el camino al Padre ¡Genial! ¿No crees? Tener el privilegio de acercarte confiadamente a tu Padre celestial, porque Jesús pagó el precio por ti en aquella cruz; cuando se despojó, cuando todo dejó por amor a nosotros y fue precisamente por eso, para que tú puedas dirigirte a Él como tu padre, directamente, sin necesidad de agendar una cita como lo harías para asistir al médico, o para reunirte con una persona importante como un alcalde, un magistrado o hasta el mismo presidente de la república. 
Jesús no tiene al ángel Gabriel o a cualquier otro servidor, detrás de una oficina agendando citas y cuadrando su agenda para poder atenderte o darte un espacio -¡NO!- Él está 24/7; disponible todo el tiempo para ti, anhelando hablar contigo, reír contigo, llorar contigo.  
A diario libramos batallas con nuestra mente, a diario dudamos de Dios porque no hemos aceptado su invitación a conocernos. 
Déjame decirte que Dios quiere ser tu amigo, quiere que le des ese lugar de padre en tu vida, quiere estar contigo todos los días de tu vida, así como lo estuvo con Moisés, así como lo estuvo con Abraham, así quiere estar el contigo (Cara a cara). Inténtalo, date la oportunidad de conocerlo, así como algún día te diste la oportunidad de conocer a alguien que a primera vista no fue tan agradable para ti, y hoy día es quizás tu mejor amigo o una de las personas más valiosas en tu vida. Te aseguro que será genial, vas a conocer a una persona maravillosa, a la persona más buena, amorosa, más graciosa que jamás has conocido en tu vida, te prometo también que la experiencia con Él será genial, porque una vez comiences a conocerlo, vas a querer saber más y más de Él. 
Te animo a conocer a alguien que ya te conoce y que quiere que tú lo conozcas a Él... 

 ¡JESUS DE NAZARETH!

-Angie Karolina Peña Miranda 

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