"Camino a la Cruz"
“Camino a la cruz”
Me apoderé de la ansiedad, no quiero dejarla ir; Estoy tan aferrada
al pasado que día a día lo vivo, ¡Si! Lo dejé quedarse, lo estoy complaciendo,
dejo que haga conmigo lo que él quiere; Me aferro cada día a él. A veces
intento dejarlo ir, pero es inútil. Estoy tan aferrada que un día que no está conmigo
fuerzo las cosas para que su recuerdo regrese; mi amor hacia él es tan extraño
que creo soy yo la que sigue buscándolo por todos lados incluso cuando él ya se
ha ido. Cuando mi alma está cansada y sedienta más siento que
lo necesito para así poder buscar culpables y atribuirle todas mis penas;
Siento que sin el no estoy plenamente feliz, recordarlo me atormenta y me lleva
a tomar esa copa de vinagre llena de amargura y pecado; es como si clavaran una
estaca en mi corazón; haciendo mi alma trizas por su ausencia y su recuerdo; Mi
piel tiene grietas que poco a poco se hacen más grandes. ¿Quedará una esperanza
para mí? ¡No quiero soltaro! ¡Necesito que alguien me ayude! Mis pies
están cansados, mis manos tiemblan de dolor, cada noche mi piel es adornada por
gotas frías, saladas y amargas, llenas de pena y soledad y cada noche se repite
el mismo episodio, escucho una voz decir: YO SOY, y junto a ella la misma
imagen de siempre, una cruz; Una cruz llena de dolor, amargura, llena de
ansiedad y depresión, pero en medio de todo eso, sus ojos, sus ojos llenos de
amor. ¿Quién eres? Es lo único que puede salir de mi boca, pero de inmediato la
amargura que alberga mi alma, tiende a rechazarlo. Mi naturaleza humana
hace que sólo lo quiera lejos de mí al sentirme expuesta y la desesperanza
llega nuevamente. La idea de estarme volviendo loca toma aún más fuerza, pero
no dejo de pensar en aquella cruz, no dejo de pensar en ese hombre; otra parte
de mi parece que quiere saber más, quiere descubrir el porqué de ese hombre
ahí, y el por qué me siento tan frágil al escuchar su voz y sentirlo tan cerca;
Mi alma hecha pedazos inconsciente o conscientemente ve una esperanza.
Un día más y yo sigo buscando respuestas, sigo buscando ayuda, y a este
punto estoy plenamente convencida que ni si quiera yo puedo ayudarme, ni podré
hacerlo nunca ¡Estoy resignada! ¡Ya no tengo esperanzas! -Grito- Mientras
nuevamente mi piel se ve adornada por esas gotas que tanto odio pero que son mi
consuelo, inmediatamente mis gritos son interrumpidos con esa voz que
llevaba escuchando cada noche; YO SOY, pero esta vez ya no estaba la cruz, en
medio de mi conmoción por no ver ese día esa cruz, que le daba a mi alma una
noción de esperanza, me sentí perdida cerré mis ojos con la esperanza de no
despertar jamás...- Y al instante yo estaba en el Espíritu; y he
aquí, un trono establecido en el cielo, y en el trono, uno sentado. Y el
aspecto del que estaba sentado era semejante a piedra de jaspe y de cornalina;
y había alrededor del trono un arco iris, semejante en aspecto a la
esmeralda. Y alrededor del trono había veinticuatro tronos; y vi sentados
en los tronos a veinticuatro ancianos, vestidos de ropas blancas, con coronas
de oro en sus cabezas. Y del trono salían relámpagos y truenos y voces; y
delante del trono ardían siete lámparas de fuego, las cuales son los siete
espíritus de Dios. Y delante del trono había como un mar de vidrio
semejante al cristal; y junto al trono, y alrededor del trono, cuatro seres
vivientes llenos de ojos delante y detrás. El primer ser viviente era semejante
a un león; el segunda era semejante a un becerro; el tercero tenía rostro como
de hombre; y el cuarto era semejante a un águila volando. Y los cuatro
seres vivientes tenían cada uno seis alas, y alrededor y por dentro estaban
llenos de ojos; y no cesaban día y noche de decir: Santo, santo, santo es el
Señor Dios Todopoderoso, el que era, el que es, y el que ha de venir. Y siempre
que aquellos seres vivientes dan gloria y honra y acción de gracias al que está
sentado en el trono, al que vive por los siglos de los siglos, los veinticuatro
ancianos se postran delante del que está sentado en el trono, y adoran al que
vive por los siglos de los siglos, y echan sus coronas delante del trono,
diciendo: Señor, digno eres de recibir la gloria y la honra y el poder; porque
tú creaste todas las cosas, y por tu voluntad existen y fueron
creadas.
Apocalipsis 4: 2-6
...Y de repente sucedió; la opresión se volvió irresistible para mí, no
tenía posibilidad de seguir escapando. ¡Llegué al límite! Mi necesidad de
gracia era casi imposible de ocultar, mi alma pedía a gritos la presencia de
aquel Jesús. Toda mi miseria se había visto expuesta; ¡Agoté todos mis
recursos! -Grité- y allá, a lo lejos vi un camino, un camino que conducía a una
cruz; ¡Demasiado bueno para ser verdad! Durante 16 años no hice más que huir de
aquel camino; Sí, era demasiado bueno para ser verdad. Ahogada por mi
aflicción, me acerqué y desgarradamente grité: ¡Perdóname, Jesús, ten
misericordia de mí! ¡Soy culpable!
-Angie Karolina Peña Miranda.
Comentarios
Publicar un comentario